domingo, 5 de abril de 2015

No lo voy a negar, fue muy fácil sustituirte físicamente. Gente habrá criticando esto, menuda estupidez, puesto que somos amos de los "sentimientos de nuestro cuerpo", y el mio se enamoraba con cierta facilidad e interés.
Tú, yo sé que hiciste lo mismo incluso antes de avisarme, sin necesidad de cámaras, las palabras te delataban, y te delatan.
Pero lo que de verdad importa es que cuatro hombres intentaron abrir la puerta de mi alma, no sé si te llevaste la llave, o si directamente la metiste en un cofre y desapareció.
Supongo que debido a la situación tiraste el supuesto cofre a un barranco.
Ya, debido a la costumbre, si fue así, no noté ningún cambio.
Se puede vivir.
Aunque digas que no.
Digo decir porque realmente no dices nada, pero yo lo observo.
Nuestros gestos hablan por si solos.
Seguimos estando en el mismo lado, pese a que me intentes empujar a la carretera.
Pese a nuestro viaje a Moscu, de lo fría que es nuestra relación.
Espero que te bebas un chupito de vodka y entres en calor.
Yo voy a seguir estando en el lugar de siempre, todos los días en el bar de la calle 93, aquel que te enseñé y te gustaba por la buena música, y al que, al igual que yo empezaste a ir por esa mágica atracción que tenía el primer chupito de tequila gratis que te traía la camarera de la barra.

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