Yo creo que es así.

Puede parecer algo irreal, pero yo creo que es así.
Que todo este conjunto de tortura universal llamado realidad solo es una prueba para nosotros, una batalla que tenemos que ganar para poder estar en paz, un jardín de rosas espinosas que hay que cruzar para llegar a casa, un terremoto que nos sacude terriblemente para después marcharse y no regresar, porque nada es igual, porque el destino es un amigo y es un enemigo, porque los problemas ya están escritos, pero somos nosotros quienes decidimos si son problemas o no.
Puede parecer algo irreal, pero yo pienso, que detrás de todo esto, después de esta vida, de este conjunto de desastres y lágrimas que nos atormenta constantemente que es nada más que una prueba, una prueba para saber si somos capaces de aguantar como rocas y ser sensibles como el papel, después de todo ese conjunto hay una vida llena de paz, una vida donde la paz si existe, una vida verdadera.

Me imagino una casa, enorme, en la que yo habite, donde no tenga que preocuparme del tiempo, porque no existirá, donde la noche y el día no serán impedimento, solo serán cosas preciosas que admirar.
Me imagino un jardín, precioso, donde no hay ni una sola espina que me pinche, donde no sufra dolor alguno, donde me tumbe en un campo de margaritas y pueda ver los pájaros volar y poderme preguntar ¿Como lo harán?
Me imagino a mi, libre, descansada, sonriente, feliz, pero sobre todo, tan ligera que me pueda sentir como una ave, como una ave que vuela hacia su libertad.