Llegamos a tal punto de que somos tan vagos que las máquinas nos manejan, nos controlan, vamos perdiendo la capacidad de pensar.
Venga, pruebalo, quítale la blackberry a tu hermana y mira como va a reaccionar, probablemente lo primero que veas es una conversación con su mejor amiga, con la que se ve todos los días.
¿Y tú? ¿Y tú qué? Asúmelo, cualquier cosa que tenga botones te puede engañar.
Vamos a pensarlo: Si sumas 2+2 en una calculadora y el resultado es 3, por lo menos, durante un segundo, te vas a plantear si realmente la calculadora te dice la verdad.
Hemos dejado de ser personas, ahora parecemos cuerpos sin alma.
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