Naufragio

Y te perdiste, tuviste un naufragio sin sentido, el barco se empezó a hundir, pero tu fuiste fuerte, lo intentaste y lograste escapar.

Fuiste inteligente, hiciste lo imposible por mantenerte viva en aquella tormenta tan estrepitosa, cogiste lo primero para mantenerte a flote, aunque no fuera lo mejor, ni lo más seguro.

El cansancio pudo contigo, y aunque en un momento te desmayaste y todo parecía que tu intento había sido en vano, tu propio cuerpo, la fuerza que tenías en tu interior, tu mecanismo de defensa, te tuvo a flote hasta que recuperaste el conocimiento.

Te despertaste en una playa paradisiaca, en la orilla, saltaste de felicidad por estar viva, miraste todo lo que tenías a tu al rededor, de momento te sentiste feliz.

Pero con el paso del tiempo, te empezaste a aburrir de lo engañoso que era todo, si, era muy bonito, pero a la vez, horrible; pensabas que estabas sola en aquel lugar, que la belleza que tenías a tu al rededor era una tortura, y pensaste en acabar con todo eso sin sentido.

Pensaste en dejarlo todo atrás, porque ya no le veías sentido a seguir con eso.

Pero fuiste fuerte, lo fuiste en todo momento sin que te dieras cuenta, mantuviste la calma, sacaste la poca valentía que te quedaba en tu interior.

Y ahora sigues aquí, para contar la historia.

Imagínate lo mismo pequeña, imaginatelo con tu vida.